Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Marcos 2,18-22
En aquel tiempo, como los discípulos de Juan y los fariseos estaban ayunando, vinieron unos y le preguntaron a Jesús:
«Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos no?».
Jesús les contesta:
«¿Es que pueden ayunar los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Mientras el esposo está con ellos, no pueden ayunar.
Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán en aquel día.
Nadie echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto —lo nuevo de lo viejo— y deja un roto peor.
Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos; porque el vino revienta los odres, y se pierden el vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevos».
Descubre cómo las enseñanzas de Jesús nos invitan a una transformación interior y a vivir una fe auténtica.
El Evangelio de hoy, lunes 20 de enero de 2025, nos presenta un pasaje del Evangelio según San Marcos (Mc 2,18-22) donde Jesús aborda temas de ayuno y renovación espiritual. A través de metáforas y enseñanzas, nos invita a reflexionar sobre la autenticidad de nuestra fe y la necesidad de adaptarnos a los tiempos nuevos sin perder la esencia del mensaje divino.
El Ayuno y la Presencia del Esposo
En el pasaje, los discípulos de Juan y los fariseos practican el ayuno, mientras que los discípulos de Jesús no lo hacen. Al ser cuestionado al respecto, Jesús responde:
"¿Pueden acaso ayunar los amigos del esposo mientras el esposo está con ellos? Mientras tienen consigo al esposo, no pueden ayunar."
Aquí, Jesús se identifica como el "esposo", y sus discípulos, como los "amigos del esposo". Esta analogía nos muestra que la presencia de Jesús es motivo de alegría y celebración. El ayuno, en la tradición judía, era una práctica de penitencia y espera. Sin embargo, con la llegada de Jesús, el Mesías esperado, ese tiempo de espera se convierte en un tiempo de gozo.
Reflexión: La presencia de Jesús en nuestras vidas debe ser motivo de alegría constante. Aunque enfrentemos dificultades, recordar que Él está con nosotros nos brinda esperanza y fortaleza.
Parábolas del Remiendo y los Odres
Jesús continúa enseñando con dos parábolas:
"Nadie echa un remiendo de paño nuevo en un vestido viejo; de otra manera, el remiendo nuevo tira de lo viejo y se hace peor la rotura."
"Nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo rompe los odres, y se pierde el vino y también los odres. Sino que el vino nuevo debe echarse en odres nuevos."
Estas metáforas resaltan la incompatibilidad entre lo nuevo y lo viejo cuando se intenta fusionarlos sin una transformación adecuada. El "remiendo de paño nuevo" y el "vino nuevo" representan las enseñanzas y la nueva alianza que Jesús trae. Los "vestidos viejos" y "odres viejos" simbolizan las tradiciones y estructuras antiguas que no pueden contener la novedad del Evangelio sin una renovación profunda.
Reflexión: Estamos llamados a renovar nuestro corazón y mente para acoger plenamente el mensaje de Jesús. Aferrarnos a prácticas o pensamientos obsoletos puede impedirnos vivir la plenitud de la fe cristiana.
Aplicación en la Vida Cotidiana
Flexibilidad Espiritual: Estemos abiertos a la renovación en nuestra vida espiritual, permitiendo que el Espíritu Santo nos guíe hacia una comprensión más profunda del Evangelio.
Discernimiento de Tradiciones: Valoremos las tradiciones que enriquecen nuestra fe, pero discernamos aquellas que, por su rigidez, puedan alejarnos del verdadero espíritu del mensaje de Cristo.
Alegría en la Presencia de Dios: Vivamos nuestra fe con alegría, conscientes de que Jesús, el "esposo", está siempre con nosotros, transformando nuestras vidas y dándonos razones para celebrar.
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